lunes, 13 de abril de 2015

La ley de mecenazgo y el cine español.


La Ley de mecenazgo que propuso José María Lasalle tenía como objetivo incentivar la inversión privada en productos culturales mediante beneficios fiscales, de este modo podría llegar a suplirse la cada vez más exigua partida destinada a Cultura en los Presupuestos Generales del Estado.

Hace dos años, cuando aún se creía que esta ley tendría lugar, uno de los debates al respecto consistía en si este dinero recaudado debería  ir destinado sólo a instituciones públicas y fundaciones o también al sector privado. La línea propuesta era la primera; dejar las instituciones públicas culturales en manos de la iniciativa privada era una buena manera de desentenderse de ellas (y además bajo la aparente forma de estar haciéndoles un favor). 

Al final La Ley de Mecenazgo que se había prometido no existirá, al menos de momento (otra más al saco de "promesas incumplidas" del PP), sino que ha sido absorbida por el ministerio de Hacienda bajo la forma de una serie de beneficios fiscales que varían según la cuantía donada, pero ridículos en todo caso si se comparan con otros países de primer nivel. Ya lo advirtió Rajoy en el 2013 cuando declaró que “El mecenas no espera nada a cambio”, demostrando dos cosas con estas declaraciones: no entender de lo que habla y su torpeza comunicativa. Resumiendo: ni ellos se encargarán de la cultura, ni ayudarán a que lo hagan otros. Cristobal Montoro, por su parte, afirma que da igual que se le llame Ley de Mecenazgo o no, las ventajas fiscales prometidas se han llevado a cabo.

En el ámbito del cine estas deducciones son del 20% en el primer millón invertido, y un 18% en los siguientes, con un límite de deducción de hasta 3 millones de €, con lo que una película con un presupuesto superior a 16.555.555 no puede actualmente recibir más dinero, lo que deja atrás a los productores norteamericanos. Estos incentivos, sin embargo, han aumentado la inversión en cine aun cuando la película no sea rentable, ya que los beneficios para el inversor llegan a través de incentivos fiscales y no de la participación en los beneficios. Para muestra del éxito que tendrían estas medidas si se tomaran en serio están las Islas Canarias, con un 38% de deducción frente al 18% estatal, y que está viendo como allí sí que van los americanos a rodar. Y mucho. 
Otro ejemplo lo tenemos en Francia, que reconoce la creación cinematográfica en lengua francesa como “obra de arte”, que debe ser “reconocida y protegida por los poderes públicos”, que ofrece unas desgravaciones fiscales que rondan el 40% y que destina a la promoción del sector unos 500 millones de euros al año

Pero por más que se incentive la producción el cine no existirá sin público, y el público seguirá sin ir a las salas si tiene que pagar 10€ por entrada, consecuencia de la subida del 8 al 21% de IVA que ha padecido la Industria desde la llegada al gobierno del Partido Popular. Tal vez lo que debería incentivarse sería el consumo de cine (circulación y distribución), además de su producción, con deducciones a las salas que exhiban cine español, o dedicar mayor espacio en los telediarios a publicitar nuestras producciones. Esa sí sería una buena Ley de Mecenazgo.

Quique Castro.

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