jueves, 4 de septiembre de 2014

¿"El juego del ángel" es un plagio?


Allá por el 2008 andaba yo fisgando novedades por la librería Documenta, que por desgracia ha desaparecido dejando lugar a una perfumería, cuando me encontré con “El juego del Ángel”, novela que recogía el testigo de “La sombra del viento”, un libro estupendo con el que había disfrutado mucho unos meses antes. Perfecto, después de siete años de presiones editoriales Carlos Ruíz Zafón se había decidido a continuar su historia.

Abrí el libro al azar para echar una ojeada, y todo ocurrió en esa misma página. Podía haber abierto el libro en otra parte de la historia, y tal vez no hubiera sucedido nada, seguramente no me lo hubiera comprado y a estas alturas yo tendría un pequeño peso menos encima. Pero quiso la causalidad que fuera esa misma página por la que lo abrí.

No voy a releer la historia en pro de la exactitud, porque, aunque conservo ese libro, soy incapaz siquiera de abrirlo, pero la escena que transcurría era más o menos esta: En un callejón, alguien atacaba a una chica. El protagonista cogía una barra para defenderla. El malo sacaba un puñal y se escapaba. Me quedé lívido, me bajó toda la sangre a los pie y sentí ese frío en el rostro que suele ser anticipo de una bajada de tensión o de un desmayo.

Hacía unos cuatro años yo había acabado mi primera novela “El escritor porno”, (que no tiene nada de pornográfica, dicho sea de paso), y después de que me la rechazaran en tres o cuatro editoriales (no recuerdo cuáles, y sería interesante comprobar este punto), me decidí a colgarla en un blog. La novela, originariamente, se llamaba “La primavera nunca vuelve”, pero un amigo mío me insinúo que sonaba entre cursi y película de james Bond, así que llamé al blog “El escritor porno”, en parte porque es la ocupación del protagonista, y en parte porque imaginaba que, al incluir la palabra porno, aparecería con mayor frecuencia en los buscadores de Internet (¿por qué será?)

Mi historia fue seguida durante un año por unas 50 personas al día, entre ellas dos correctoras de estilo profesionales (“Zahara” y “La marquesa de Merteuil”, gracias) que entraban cada día, sin falta, y me escribían anotando mis errores gramaticales, ortográficos o estructurales, que eran muchos.

Una de las escenas de mi libro era la siguiente: En un callejón alguien atacaba a la madre de Lucía y el protagonista cogía un ladrillo para defenderla. El malo sacaba un cuchillo y se escapaba. El parecido de mi escena con la de “El portal del ángel” me dejó atónito, y os puedo asegurar que cuando pagué el libro las manos me temblaban y todavía no se me había ido el frío del cuerpo.

Acabé el libro en tres días, no porque fuera bueno  (de hecho no lo es, pero no es mi interés entrar en valoraciones literarias), sino porque estaba ansioso y quería comprobar que aquella escena no había sido más que una casualidad. Pero sucedió que cada tantas páginas me iba encontrando con más y más circunstancias, personajes y situaciones que, sin que su historia tuviera nada que ver con la mía en el fondo, me la recordaban inevitablemente.

Estas son las coincidencias irrefutables:

1. En ambos casos se trataba de un protagonista sin padres que llegaba a Barcelona y empezaba a trabajar en una editorial cuchitril.

2. Al cabo de un tiempo, en “El escritor porno”, el director se entrevistaba con el protagonista para ofrecerle la redacción de  varias pornográficas, en “El juego del ángel” el director se entrevistaba con el protagonista para ofrecerle la redacción de una serie de folletines.

3. En ambas novelas transcurre una escena con una mujer tras un apagón en la casa del protagonista, y en ambas novelas tiene lugar una despedida con una chica a la que no volverá ver. Buscaré más datos, porque, como digo, estas son coincidencias escritas a vuelapluma.

4. En “El escritor porno”, Alonso, uno de los jefecillos de la editorial, saca de fiesta al protagonista por locales de intercambio de parejas, y al final en algún momento de la historias se lo acababa llevando de putas. En “El juego del ángel”, Pedro Vidal, escritor estrella de la editorial, saca de fiesta al protagonista, y en algún momento de la novela se lo acababa llevando de cabarets.

5. En “El escritor porno”, Lucía es la hija de los dueños del bar que está debajo de la casa del protagonista, y le piden a este que le de clases particulares. En “El juego del ángel”, Isabella es la hija de los dueños del colmado al lado de casa del protagonista, y se la recomiendan a este como asistente.

6. En una escena de “El escritor porno”, Lucía le pide a Pedro, el protagonista, que le deje pasar la noche con él porque ha discutido con su padrastro, y Pedro está medio borracho porque acaba de llegar de juerga. En “El juego del ángel”, Isabella le pide a David, el protagonista pasar la noche con él porque ha discutido con su padre, y David está medio borracho porque acaba de llegar de juerga.

7. En “El escritor porno” hay un pequeño misterio con una serie de novelas románticas de éxito, escritas con pseudónimo (un bizarro nombre ingles) detrás del cual no se sabe quién se esconde. Al final, le ofrecen al protagonista forma parte del equipo que las escribe.  En “El juego del ángel”, una editorial contrata al protagonista para que escriba novelas de encargo con un pseudónimo pintoresco.

¿Mi decisión final? Olvidarme de todo este asunto. Prefería creer que todo esto no eran más que una sarta de causalidades, aunque una parte de mí está convencida de lo contrario. ¿Tendría salida una denuncia formal? Supongo que no. Su historia y la mía no tienen nada que ver, la suya es una narración de misterio llena de "atardeceres rojizos como la sangre" que se da en los años 20, y la mía es un reflejo de la vida en Barcelona de una serie de tipos cotidianos.


Pero esto me sigue escociendo, y me escocerá siempre. De todos modos mi romántica e ingenua personalidad me lleva a pensar que, un día, tarde o temprano, la vida nos pone a todos en su sitio.

Quique Castro.

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